No soy tu poesía

Tengo algo que decir. Y no. No quiero que esta sea una entrada más en mi blog, ni quiero tratarla con metáforas ni poesía delicada. Esta vez quiero ser yo la que hable y no mi parte sensible. Mi "yo" del día a día. Quiero que os acerquéis a lo que soy a diario, porque yo no soy poesía desde que me levanto hasta que me acuesto. Puede parecer raro que diga todo esto y que no sepáis a qué viene y es normal. Quizás si lees hasta el final puedas comprenderme e incluso compartas mi opinión.

Empiezo a pensar que todo lo que vemos a diario en la pantalla de ordenador nos perjudica de una forma descomunal. Todas esas frases motivantes, a veces poéticas, a veces de dolor y sufrimiento profundo, otras veces de felicidad en estado puro, no nos hacen ningún bien y cuando digo que no nos hacen bien no es porque estén mal escritas, sino porque muchas veces nos sentimos tal y como escribe otra persona cuya vida no es la nuestra y nos "apropiamos" de una frase o un texto sintiendo como si lo hubiesen escrito por nosotros porque nos identificamos al 100% y nos posicionamos en el punto de vista de que somos víctimas de la sociedad cuando muchas veces somos nosotros los que sacamos la pistola con la que disparamos al resto.

¿Seguís sin entenderme? Pues seguro que con esto os va a quedar muy claro. Imaginad por un momento que habéis hecho un daño casi irreparable a alguien, y esa persona lo deja pasar. Imaginad que lo volvéis a hacer, pero no solo una segunda vez, sino una cuarta, una quinta y una sexta. ¿No os parece normal, que esa persona se acabe cansando de lo mismo y os mande a la misma mierda? Porque a mí me parece lo más sensato. Entonces ¿por qué os identificáis después con frases como “si alguien te quiere, se queda en tu vida”?  Nadie dice que esa persona no os quiera, simplemente que se quiere también a sí misma, y se quiere tanto que me parece hasta respetable, entonces ¿a qué viene ofenderse? Y digo lo mismo en el sentido contrario. Imaginad que sois vosotros los jodidos sin venir a cuento, simplemente porque la gente mala existe y a veces, por estadística pura, tenemos que cruzarnos con un tolai de la vida. ¿Por qué pensáis que esa persona en algún momento de su vida se va a arrepentir de haberos hecho mal si probablemente le importes lo mismo que le puede importar el número de dientes que ha coleccionado el Ratoncito Pérez a lo largo de los tiempos? Es que todo depende de la situación personal de cada uno, pero bueno, como bien dicen algunos, mal de muchos consuelo de todos (que no de tontos) ¿no?

Y sí, hoy sois vosotros los que jodéis a alguien sin más, y seréis los "los que hacéis daño”, pero mañana es probable que seáis las víctimas y si veis que vuestra persona odiada se identifica con tal cosa, os va a sentar como una patada en la boca del estómago. En el caso de que él pase como de la mierda de vosotros, ¿qué ganas pensando que le va a ir muy mal? ¿Felicidad falsa? Por eso creo que esas frasecitas no nos hacen bien a nadie. Sí, son muy poéticas y muy estéticas, pero no las hemos escrito nosotros, por lo tanto, por muy identificados que nos sintamos, no es real, porque no la hemos hecho nuestra. Se nos puede asemejar a una situación, pero no es nuestra situación. Y voy más allá. No podemos sentirnos representados en 140 caracteres ni por una foto con una letra muy bonita y una frase poética, porque detrás de esos 140 caracteres o esa foto, hay un escritor y detrás de ese escritor una historia que desconocemos. Por lo tanto es mejor que cada uno, de su puño y letra, se escriba  a sí mismo su frase motivante o su fotito poética de “la vida me puede” porque ya me empieza a parecer un poco cargante porque parece que a todos nos pasa lo mismo, de la misma manera y tenemos que llorar y sufrir por lo mismo. Y soy la primera que lo he hecho. Pero basta.

Pasémonos a los memes divertidos de desgracias ajenas de gente inexistente que nos hacen reir y ya está. Hagamos de los memes una ciencia e inventemos una carrera para ser “graduado en la ciencia memistica” o no sé, pero por favor, parad. Dejad de pedir que os quieran y os amen porque sois así  aunque os hayáis dedicado a soltar puñaladas y a entrar en la vida de otras personas como un elefante en una cacharrería. Dejad de desearle lo peor a personas que no se toman ni un minuto de su vida en pensar si quiera si os ha causado algún daño. Y por favor, señores/as escritores/as, dejad de hacerle creer a la gente que vivimos en los mundos de Yupi dónde por mucho mal que hagamos nos tienen que querer y tolerar como somos y dónde la justicia existe y el amor es lo mejor del mundo y duele un montón porque es un sentimiento muy profundo, porque esto no es un cuento de hadas y la justicia no se da siempre ni la gente nos aguanta todo por ser nosotros más chulos que nadie, ni siquiera el amor tiene por qué doler, porque entonces no es amor.

Aunque la verdad, también pienso que de alguna manera, no es tanto cuestión únicamente de identificarse con una cosa u otra, sino con la poca autocrítica que tenemos de nosotros mismos y lo que nos gusta engañarnos para sentirnos mejor. Pienso que el autoengaño debería de considerarse deporte a nivel mundial, porque creo que hay gente que hasta se entrena.
También, rompiendo una lanza a favor de los escritores, pienso que porque compartamos sus cosas, sus escritos, sus versos, su vida al fin y al cabo, no nos vamos a convertir en eso, porque no somos las palabras de otras personas. Somos lo que demostramos con hechos, por mucho que no queramos verlo. No somos lo que dice ni este, ni el otro ni el de la moto. No somos lo que escribe Fulanito de copas, no somos lo que piensan unos u otros. Ni siquiera somos lo que nosotros mismos pensamos. Somos nuestros hechos, en ocasiones, muy rara vez, somos nuestras palabras si las cumplimos ¿Cómo? Con hechos.

Sea como sea, yo personalmente, escribo mi historia y de ahora en adelante quiero limitarme a eso, pero no pido que nadie se identifique con ella, ya que solo quiero expresarme y ser escuchada o leída en su defecto, no quiero que hagan de mi historia la historia de nadie más, ni que nadie sienta lo mismo que yo porque eso es imposible, por muy parecidas que sean dos situaciones, las personas que la viven son distintas y por lo tanto su enfoque no va a ser igual, por lo tanto no me veáis como un reflejo vuestro porque por suerte o por desgracia, mi historia es mía, y es única e irrepetible. 

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